¿Cómo tener la mejor práctica de un instrumento musical? 9 Hacks y tips

Todos los músicos hemos estado ahí: practicando tu instrumento por horas, sin ver resultados por más que tocamos una y otra vez. Tu maestro o maestra sólo dice “sigue practicando”, pero no te dice cómo arreglarlo. Aquí te propongo unos cuantos tips que te pueden ayudar a avanzar más rápido en tu práctica. 

1. Hazte amigo del metrónomo en la práctica de tu instrumento

El metrónomo es un dispositivo que ha acompañado a los músicos desde hace siglos. Seguro has visto uno: muy elegantes triangulares con una aguja en medio que se mueve de un lado al otro sin parar.  

El metrónomo sirve para marcarnos el ritmo en la práctica, como lo haría un compañero baterista. Si lo usamos con inteligencia nos puede ayudar para adquirir velocidad. Es una forma de monitorear nuestro progreso.  

El metrónomo hace la práctica más fácil

¿Cómo funciona el metrónomo? Conceptos previos para tu práctica

BPM  

Beats per minute o golpes por minuto. Es equivalente a los kilómetros por hora para medir la velocidad de un auto. La mayoría de metrónomos tienen un rango de velocidad desde 30 o 40 bpm hasta un máximo de 240 o 300.  

Puede que encuentres uno que dé más arriba de 300, pero muy pocas veces necesitarás ir tan rápido en tu práctica. Hay otras formas de entender el ritmo sin que el martillo se convierta en taladro.  

Indicador de compás en tu práctica

La música que conocemos está estructurada por tiempos fuertes con una cierta regularidad que nos ayuda a identificar en qué parte de la canción vamos o cuál es el ritmo de la misma. Todo depende de la canción que estés tocando. En algunos metrónomos aparece un simple número como por ejemplo 0, 1, 2, 3… etc., mientras que en otro aparecerá en fracciones como ½, 2/4, ¾, o 4/4, etc. 

Para quienes estén familiarizados con el metrónomo en la práctica ya estarán cansados de escucharlo, “¿Ya lo intentaste haciéndolo un poco más lento y con metrónomo?”. Sin embargo, lamento decir que es un método efectivo.  

Tampoco es cuestión de encender tu metrónomo y escuchar el martilleo incesante una y otra vez. La mejor forma de aprovecharlo a nuestro favor es ser autocríticos y honestos. No tenemos que ser duros con nosotros mismos en la práctica, es posible reconocer hasta qué punto podemos tocar cierta parte de la canción bajo cierto control.  

Por ejemplo, tal vez puedes tocar esa canción a 65 bpm tranquilamente, pero al subirle a 70 te empieza a dar problemas. Aquí tienes 2 opciones:  

  • Regresa a 65 y asegúrate de que ya tienes un perfecto dominio de la canción. Luego sube la velocidad por unidades más pequeñas  
  • O trata de ser un poco más rudo y resolverlo a esa velocidad directamente.  

Arriba de 5 unidades se puede percibir un cambio en la velocidad. Practica durante mucho tiempo en 66, luego subes a 67 o 68 y lo llevas a un paso más lento para llegar al 70. De esta manera fluirá mejor que si intentas llegar al 70 de golpe; será menos frustrante. 

Existen alternativas económicas y diferentes modelos, e incluso algunas aplicaciones gratuitas en internet. No importa dónde lo consigas, lo que importa es que lo uses de manera efectiva y bajo una práctica constante. 

2. Confía en los ejercicios de técnica 

Hombre tocando guitarra

Es duro admitirlo, pero a veces escogemos una canción demasiado difícil para el nivel que tenemos hoy. Eso no significa que no podamos dominarla el día de mañana.  

Por lo general, en la práctica tratamos de evitar los ejercicios de técnica por lo aburridos que parecen ser. No obstante, sólo estos nos ayudarán a dominar nuestro instrumento y tocar canciones más difíciles mañana.  

Es como cuando haces ejercicio. Cuando acabas tu rutina no sientes tanto dolor, pero al día siguiente no puedes ni levantarte. Al cabo de unas semanas no solamente ya te acostumbraste al dolor, sino que ahora eres mucho más fuerte que el primer día. 

3. Atrévete a tocar tu instrumento para un público 

¿Cómo tener la mejor práctica de un instrumento musical? 9 Hacks y tips

Si eres de los que sienten que el corazón se les acelera a mil por hora, te sudan las manos, te tiemblan las piernas o cualquier otro síntoma justo antes de tocar; felicidades, eres uno de los nuestros. Estos nervios son mucho más normales de lo que crees.  

Muy pocos músicos tienen el privilegio de solamente sentir adrenalina y emociones positivas al subir al escenario. Aquellos que experimentan más emociones negativas son quienes apenas están en formación, pues no tienen mucha experiencia en el escenario. No por nada al público se le llama “el monstruo de mil ojos y un millón de dientes”. Si no lo enfrentas nunca saldrás de la simple práctica.
 
Ese famoso “pánico escénico” suele llegar a nosotros porque no nos sentimos seguros de tener listo nuestro repertorio. La mejor forma de lidiar con ese miedo es asegurarnos al 1000% (sí, dije “mil”, no “cien”) de que dominamos ya las canciones que estamos por tocar.  

¿Cómo dominar el pánico escénico? 

¿Tienes pánico escénico?

Haz sesiones de práctica donde te grabes a ti mismo. Ya sea solamente en audio o incluso en vídeo con tu propio celular. Aunque estés solo en tu cuarto sentirás la presión de que salga bien de principio a fin. Ese momento es valiosísimo, es donde aparecen las partes de las canciones que todavía no están pulidas.

También intenta tocar para públicos seguros, como entre tus amigos más cercanos o tus familiares. Por lo general, ellos son quienes más nos apoyan en nuestro camino musical. Es una excelente estrategia para ponerte a prueba y tener una buena práctica, antes de pisar un escenario más grande e intimidante. 

Si quieres llevarlo un siguiente nivel, pero no tienes ninguna invitación o posibilidad de ir a un escenario, recuerda que llevas uno en el bolsillo. Anuncia en tus redes que vas a ofrecer un concierto online gratuito para mostrar el resultado de tu trabajo. Será una práctica antes del gran momento. Hazlo completamente público o con alguna invitación especial, así sólo algunas personas tendrán acceso y será más exclusivo.  

Si el parque más cercano de tu casa es seguro, podrías tocar ahí también. Así tendrás un público aleatorio que quizá se detenga a escucharte o quizá pase de largo. Eso te ayudará a controlarte frente a los ojos del público y también entrenará tu concentración. 

4. Sé honesto contigo mismo en la práctica 

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Cuando somos testigos de nuestro progreso en la práctica, puede que se nos suba la autoestima… tal vez demasiado. En ese momento nos frustra el darnos cuenta que todavía hay canciones que no nos salen al 100%. Ya sabes, ”mientras más alto el ego, más dura es la caída”.  

La mejor forma de hacerlo bien es admitir que todavía lo hacemos mal. Tampoco seamos demasiado crueles con nosotros mismos. Lo importante no es señalarlo o estigmatizarlo, sino atenderlo y actuar al respecto. Espero que estos consejos te sirvan para poder salir de ese agujero mental que son nuestras propias expectativas. 

5. Concéntrate en esos “detallitos” durante la práctica de tu instrumento

¿Te ha pasado que cuando llegas a esa parte difícil de la canción, lo primero que quieres hacer es volver a tocar la parte fácil?, ¿o quieres volver a tocar todo desde el principio para ver si ahora sí te sale esa parte difícil?  

No es ninguna sorpresa. Cuando sentimos estrés o peligro, nuestro cerebro querrá llevarnos hacia una zona de confort. Ahí existe la gratificación de hacer una vez más lo que sí nos sale.  

En lugar de desperdiciar tiempo valioso de práctica, debemos ser valientes y trabajar exclusivamente esas partes más difíciles. Aprende a tolerar la frustración, notarás que cuando resuelvas la parte difícil, y te atrevas a tocar la canción completa, sentirás mayor satisfacción que si cuando te atoras en el mismo lugar que ya dominas. 

Ayuda tocar con tu instrumento apenas unos cuantos compases, tiempos, o acordes antes de llegar a esa parte, pero sin repetir todo desde el principio. Esto nos asegura la llegada a esta parte difícil. 

6. Sin disciplina no se verás resultados con tu instrumento

La disciplina es todo.

Es algo fastidioso de escuchar, pero es una verdad innegable que se repite en todos los ámbitos de nuestra vida: sin disciplina la práctica no sirve.  

En este sentido, la música también nos ayuda a poner a prueba nuestra voluntad de hierro. Así desarrollarás esa disciplina que hoy te ayuda a tocar una canción que antes te parecía imposible, pero mañana te será útil para lograr otras metas: mantenerte en forma, respetar alguna dieta que te hayas impuesto, o hasta terminar una carrera universitaria.  

Esa misma disciplina te puede llevar hacia grandes logros en diferentes ámbitos de tu vida. 

7. Es válido descansar de la práctica 

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Si bien hemos hablado de la disciplina y la constancia, debemos recordar que somos humanos y que tenemos una vida. Sin embargo, a veces nos sentimos culpables de descansar porque sentimos que no hemos hecho lo suficiente.  

Si quieres descansar sin culpa, debes estar consciente de cuánto tiempo lleva tu práctica. Podrías intentar el método “Pomodoro”, un temporizador que segmenta nuestra práctica por bloques de 20 a 30 minutos, con 5 o 10 minutos de descanso intercalados. Lleva un registro tus bloques de trabajo con tu instrumento, así te sentirás menos culpable de parar en ese día. 

Otra opción podría ser un cronómetro. Déjalo correr mientras practicas y cuando te sientas cansado voltea a verlo para saber cuánto tiempo has invertido. Si te enfocas en tu tarea, te sorprenderá cómo has pasado horas sentado, sin sentir todo el tiempo transcurrido. Eso te dará un refuerzo positivo al notar que ya has trabajado bastante. 

8. Recuerda y celebra los avances de tu práctica vez en cuando 

Celebra los logros de tus metas

El camino del músico es la búsqueda constante de la utopía. Siempre practicamos porque anhelamos la perfección. No obstante, tenemos que reconocer nuestro avance para ser conscientes de que, si lo logramos una vez, lo volveremos a lograr.

Recuerda cómo batallaste en tus primeras lecciones con tu instrumento, ahora ya no te resultan tan difíciles, ¿cierto? 

9. Se trata de disfrutar tu instrumento y tu práctica

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La música es expresión. Somos verdaderos artistas cuando podemos transmitir las emociones que las canciones producen en nosotros. Sobre todo, cuando intentamos contagiar de esa sensación a nuestro público. Es oportuno disfrutar del viaje con tu instrumento, no sólo del destino. 

Espero que estos consejos de tu práctica musical te ayuden avanzar más rápido en tu camino musical. Si nunca los habías escuchado, estás a punto de ahorrarte mucho tiempo en fracasos y frustraciones. Si ya los habías escuchado pero procuraste evitarlos, toma un momento para respirar profundo y admitir que todo esto es parte de un proceso. Sólo si te das la oportunidad podrás mejorar. 

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